jueves, 22 de julio de 2010

Historia de Su

"Ella estaba tumbada cerca de su ama, sin siquiera rozarla....su aroma, su calor...todo lo percibía en el aire. La miraba y, admiraba con disimulo sus curvas... deseaba que despertara...deseaba sentir el roce, el sabor de su piel, esperaba con ansia que le ordenara tumbarse a sus pies y así poder agarrarse a sus piernas...deseaba...."

...."Deseaba.... un chasquido la hizo volver a la realidad, su ama había despertado. Señaló el suelo y ella comprendió. De un salto se puso a sus pies, de rodillas, con la mirada clavada en el suelo.
-No me has despertado cuando te dije y ahora...
-Lo siento mi señora, podrá perdonarme?
Su pregunta no obtendría respuesta, conocía muy bien a su ama y sabía que iba a recibir un castigo por su negligencia.
-Vístete!! Le espetó.
Susi se puso inmediatamente su collar y volvió a postrarse a sus pies. Con firmeza, su señora tiró de él y la llevó hasta la habitación que tan bien conocía. Al entrar en ella su cuerpo se estremeció. Allí estaba todo lo que le producía temor y a la vez la sumía en un inmenso placer...."
Y eso es lo que te esperaba en esa habitación.
Tapé tus ojos y coloqué las argollas en tus tobillos y muñecas...tiré de ti. Habías visto la cruz y sabías que iba a amarrarte a ella. Abierta de piernas y brazos sin poder ver...totalmente expuesta a mí.
Si, me estaba cambiando de ropa, movía los juguetes en la mesa, oíste el chasquido del látigo y tu temor, mezclado con tu excitación iba en aumento. Mis pasos se acercaban y podías notar mi aliento, cálido cerca de tu nuca. Mis labios rozaron tu hombro y mis manos aprisionaron tus pechos.....clavé los míos en tu espalda mientras tiraba de tus pezones, erectos como torres....
-Te gusta, verdad perra?
-Sí mi amo- fue tu respuesta.
-¿Cómo? ¿Me has llamado Amo? ¿Se puede saber en quien estás pensando, zorra?
-Perdón ama, perdón… no sé que me ha pasado… perdóneme por favor. –suplicabas.
Ya no escuchaba tus palabras, tu ofensa había sido grande y los celos se apoderaron de mi..
¡¡Bobby, Johnny ¡! Venid aquí de inmediato, grite.

A los pocos minutos ambos estaban a mis pies.
-Dadme el látigo!! Esta perra se va a enterar.

Un chasquido sonó en el aire y el segundo estalló en tu piel. Así , uno tras otro, sin parar, iban enrojeciendo tu espalda .
–Quieta, ni te muevas!! grite.
-No lo haré Señora pero… por favor, perdóneme…
Seguía sin escucharte y mi látigo seguía arañando tu piel …fue entonces cuando…
-Soltadla de la cruz y dejadla en el suelo, ordene a mis otros sumisos.
Caíste y de rodillas te acercaste hasta mi. Querías besar mis pies, agarrarte a mis piernas pero un puntapié te lo impidió.
A mi indicación se acercaron a ti.
-No le dejéis ni un solo agujero por tapar, ¿me habéis entendido?
-Si , Señora, respondieron al unísono.
Temblabas, el temor a lo que te iba a pasar era inmenso.
Mientras uno te follaba, el otro te sodomizaba y yo, desde mi trono, acariciaba mi sexo y miraba sonriente la escena . Todo aquello no iba a acabar hasta que tus súplicas, tus gemidos y tú llanto me hubieran satisfecho.
Te miraba y sabía que aunque pareciera un castigo, a ti… te encantaba. Te estaba dando lo que más te gustaba.
Llamé a uno de ellos para que me diera más placer del que ya tenía; verte expuesta, azotada y sodomizada… ummmmm….me había puesto muy caliente.
Tus gemidos, unidos a los míos llenaron la estancia y cuando acabé les ordené:
-Llevadla con cuidado a mi dormitorio y encended unas velas, después…marchaos.


Te cogieron en brazos y como si fueras una pluma te dejaron sobre mi cama.
Al llegar puse una suave música y a la luz de las velas, me tumbé junto a ti… mis labios enjuagaban tus lágrimas, mi lengua refrescaba tu piel enrojecida y mis manos acariciaban tus cabellos. Lentamente tu respiración se acompasó y dejaste de gimotear. Susurré tan sólo unas palabras a tu oído…stand by me… quédate conmigo…

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