jueves, 22 de julio de 2010

Esclavo sin rostro


Blanco y negro.
Alegria y tristeza.
Placer y dolor...

Un cuerpo desnudo tendiendo su mano.

Un sillón vacio esperando quien lo ocupe.
El Dominio reposando sobre su ombro.

Esclavo sin rostro...tus profundos y oscuros ojos

aun así se intuyen.
Ojos que hablan, que suplican, que imploran;
ojos que brillan de pasión, deseo y entrega.

Esclavo sin rostro...ofreciendo todo su ser.

Cuerpo desnudo, poderoso y resistente cual gladiador.
Cuerpo desnudo, frágil cual mariposa.

Esclavo sin rostro... esencia de Mi Deseo.

Este es Mi sillón y el resto ya lo sabes...

Blanco y negro.

Alegria y tristeza.
Placer y dolor...


MB

Los mil y un dias en el pais de... las mil y una noches (II)


CAPITULO II. 1


Tenía todo preparado; la tumbona, las toallas, cubitera, las copas...


Dio media vuelta y regresó con rapidez a la casa... ufff... había tenido suerte, ella todavía dormía. Sigilosamente se acurrucó a sus pies esperando que llegara el momento de despertarla.


Las 9 ... ya era la hora.


Empezó a besar lentamente sus pies, chupando cada uno de sus dedos... poco a poco, fue subiendo por su piernas hasta llegar a la sagrada cueva del placer de su Diosa y Ama.


Con la lengua recorría su sexo, lamiendo, saboreando el dulce néctar que empezaba a recibir. Notó como las manos del Ama sujetaban su cabeza y la apretaban más y más contra ella.


Oía sus gemidos y cada vez su lengua se hundía y penetraba con más rapidez aquel sexo ávido de placer y, era su obligación, deber y también su satisfacción proporcionar el máximo placer a su Dueña y Señora.


Mmmmm... Lady volvió a gemir y tras un gran estremecimiento su cuerpo se relajó.


Ryc succionó todo lo que su Ama le daba, deleitándose con aquel dulce sabor. Limpió todo sin dejar ni una gota; seguidamente bajó de la cama, ayudó a su Señora a levantarse y quedó de rodillas a sus pies esperando nuevas órdenes.


Fue hacia el baño y chasqueó sus dedos. Ryc sabía que iba a orinar y que debía ir a 4 patas tras ella para limpiar su sexo con su lengua cuando hubiera acabado.


Pidió permiso para quitar su braguitas de encaje. Las iba bajando con sumo cuidado para no rozar con sus dedos la piel de su Ama. Ella le señaló la gran bañera y él se colocó tumbado boca arriba.


La imagen de su Señora desde esa postura era impresionante y él se sentía se sentía más pequeño que un gusano. Abrió todo lo que pudo su boca de perro para recibir el cálido líquido... bebiendo, ahogándose en el.


Su alma de esclavo se sentía pletórica al oír aquel sonido... aquel olor tan ansiado durante meses.


Ya había acabado y Ryc se incorporó, secó el sexo y el ano de su Dueña con su lengua hasta dejarlo reluciente.


Sentía el placer de su Ama al usar a su perro de esa forma. Cuidadosamente subió y colocó de nuevo sus braguitas. Salieron del baño.


Sobre la cama había dejado preparada la camisola y el biquini negro. La ayudó a cambiarse, cepilló sus cabellos y salieron hacia la playa.


El día era espléndido.


- Métete en el agua y dime si está muy fría - le ordenó


- Si Ama


Fue hasta la orilla, se lanzó al agua, dio dos brazadas , volvió a salir y se postró de nuevo ante ella.


- Mi Señora, creo que la temperatura será plenamente de su agrado.


- Muy bien esclavo, entonces vamos allá.


Se sumergieron en las cálidas aguas.


Lo tenía frente a ella, se acercó a su pecho y mordisqueó sus pequeños e insignificantes pezones, se diría que se escondían pero, con las yemas de sus dedos los pinzó firmemente y tiró de ellos. Mientras lo hacía vio como en el rostro de su siervo se reflejaba la expresión de dolor y de placer que experimentaba en ese instante.


Lady se restregaba contra su cuerpo... provocándolo... mmmmmmm... si, disfrutaba con ello. Le gustaba excitarlo, ver como su pene se ponía erecto pese a los grandes esfuerzos que hacía para mantenerlo en reposo.


Lo asió por los testículos apretándolos con fuerza.... su perro seguía con la cabeza inclinada y sin atreverse a levantar la mirada.


Estaba disfrutando... el agua acariciaba sus cuerpos y ella estaba cada vez más y más excitada.


Volvió a morder y a tirar de sus pequeños pezones mientras sus manos asían y tiraban de su pene...mmmm...estaba duro y erecto


Sí, iba a ordeñar a su perro lamedor, iba a jugar un rato con él.


Mmmm.., cada vez que estaba a punto de eyacular la avisaba y ella se detenía presionando sobre sus testículos para evitar que se corriera. Seis veces le hizo detener y en la última, lo soltó, se dio media vuelta y salió del agua.


_ "No es tu momento todavía y ya veremos si luego te lo permito".


_"Lo que diga mi Señora, usted decide2 respondió.


Lady se estiró sobre la tumbona mientras su esclavo la secaba delicadamente con una toalla.


_"Voy a tomar el sol un rato, mientras, ve a la casa y prepara la comida. Tiens 20 minutos luego te quiero aquí".


_"Puedes retirarte".


_"Si Ama, con su permiso me retiro".


No tardó ni 2 minutos en llegar a la casa, se dirigió a la cocina, hizo la comida, preparó la mesa y dejó todo a punto de revisión. Antes de salir echó una última mirada para comprobar que todo estaba en orden.


Rápidamente volvió para postrarse a los pies de su Ama.


_"Mi Señora, la comida está servida"


_"Bien, espero que esté todo como a mí me gusta".


En cuanto entraron en la casa, Ryc se desnudó y se puso las muñequeras. Ese era su uniforme.


Seguidamente sirvió la comida a su Dueña y se arrodilló a sus pies bajo la mesa.


De tanto en tanto, ella cogía una pequeña porción de la comida, la masticaba y se la daba a comer. El lamía y lamía la mano hasta no dejar ni una insignificante migaja.


A veces Lady le engañaba y cuando iba a lamer, no había nada en la palma de su mano, entonces él, se limitaba a chupar los dedos de su Ama mientras ella jugaba clavando las uñas en su paladar, tirando hacía arriba como si lo fuera a colgar y mientras lo hacía le preguntaba:


_"De quien es este puto perro lamedor?


_"Soy sólo suyo Ama."


_"Bien perrito, respuesta acertada! ... sí, vas a tener tu premio..."


_"Gracias Ama" respondió Ryc


Entonces ella colocó trocitos de comida sobre sus piernas y él iba comiendo y restregando su lengua por ellas.


_"Mmmm... muy bien perrito...sigue..." y el perrito seguía lamiendo cumpliendo así los deseos de su Dueña.


_"Deja de lamer y trae el postre" - le ordenó


_"Si Ama"


Al volver de la cocina, como iba de rodillas vertió un poco del jugo de la macedonia que portaba.


_"¿Pero qué haces perro torpe? limpia eso inmediatamente"


_"Si Ama, lo siento mucho Ama" . Sus palabras se ahogaban casi antes de salir de su garganta.


Sin perder un segundo, su lengua empezó a limpiar el líquido derramado en el suelo.


_"Eres un perro torpe, estúpido e inútil y en cuanto acabe de comer recibirás tu castigo".


_"Perdón Ama, perdone a este torpe perro"


_"El que te perdone no te librará del castigo, o es que no lo sabes?"


_"Lo sé Ama" contestó sin levantar la vista del suelo.


_"Pues...ya te puedes ir preparando"


Bufff, prepararse? Era imposible prepararse, nunca sabía que castigo iba a recibir, su Dueña era siempre imprevisible en estas cuestiones.


_"Trae la llave de la habitación especial! "le ordenó


_"Enseguida Ama".


Lady se levantó y su esclavo, cual sombra, fue tras ella.


El momento había llegado... iba a pagar por su torpeza.



Lady Brishen

Los mil y un dias en el pais de... las mil y una noches (I)



CAPITULO I


Recogió las maletas de la cinta y las puso en uno de los carros; lentamente se dirigió a la puerta de salida, la cruzó e hizo una barrida con la mirada por todo el hall.
Allí estaba él con el cartel con el nombre de "My Lady" alzado sobre su cabeza rapada. Era inconfundible.
En cuanto él la divisó avanzó hacia ella, inclinó la cabeza,, besó la mano que su Ama le tendía y quedamente dijo: "Bienvenida a casa mi Dueña".
- "Hola esclavo, coge mi equipaje y vámonos ya de aquí, estoy cansada."
- "Si mi Ama"



Ella caminaba con paso firme y seguro hacía el aparcamiento... su esclavo, unos pasos atrás la seguía.
Abrió la puerta del vehículo, la ayudó a acomodarse en su interior y cargó el equipaje en el maletero.
A los pocos minutos rodaban rumbo a la casa. Durante el trayecto ella se dedicó a realizar varias llamadas telefónicas; tras finalizar una de ellas le espetó:
- " En cuanto lleguemos quiero que me sirvas un té bien frio, que lleves las maletas a mi dormitorio y te presentes ante mi como es tu deber ¿entendido perro?.
- "Así se hará mi Ama" balbuceó.



Ella sabía que Ryc, su esclavo, estaba nervioso, excitado y emocionado por tenerla, al fin, allí.

No había sido fácil; era mucha la distancia geográfica que los separaba. El ansiaba servirla día y noche, ser su secretario, su cocinero, mayordomo, masajista, su wc, ser todo para ella pero, aún así, a pesar de su deseo, se había vuelto atrás en numerosas ocasiones ya que no acababa de aceptar esa situación.
Ese comportamiento a ella le disgustaba, la relación había sido muy intensa desde el primer momento, él se había entregado totalmente a su dominio, sabía que ella era el Ama que siempre había buscado y ahora, estaba allí, sentada en el asiento posterior. Su sueño empezaba a ser una realidad.


Llegaron a la casa, con dificultad consiguió abrir la puerta, sus manos temblaban y le costó atinar para meter la llave en la cerradura, dejó paso a su Ama.



Ella se dirigió al salón y se sentó en la gran butaca blanca que lo presidía.


Rápidamente Ryc fue a la cocina y al momento le sirvió el té que le había pedido; hecho esto pidió su permiso para ausentarse y una vez concedido se fue volando a llevar el equipaje al dormitorio y se preparó para presentarse, como correspondía, a su Diosa.

No habían transcurrido más que unos pocos minutos cuando, desnudo, con una fusta entre los dientes, con la cabeza inclinada y la mirada baja, se arrodilló ante ella y musitó:
- "Señora, aquí tiene a su siervo"
Ella se incorporó y le ordenó :
- "Acércate"
Poco a poco se aproximó hasta llegar a menos de medio metro y allí, se detuvo.
_" Acércate más, te quiero a un palmo de mis pies".
A cuatro patas siguió acercándose hasta ella y volvió a detenerse. Mmmm, ya notaba el anhelado aroma de su cuerpo... ya casi percibía su calor...
_"Mírame" le ordenó Lady.
Levantó la cabeza y , aquella mirada, aquellos ojos , se clavaron en él como una saeta dejándolo más desnudo de lo que ya estaba.


Lady alargó la mano, cogió la fusta de su boca y señaló con su dedo hacia el suelo ... él cayó postrado a sus pies.
Sus labios besaron delicadamente los zapatos de su Dueña. Lo hacía poco a poco como si quisiera que cada uno de aquellos besos quedara grabado en su memoria.
Lamia las suelas, chupaba su punta, metía el tacón en su boca... aquello era la gloria tan esperada.
_"¡ Quítamelos de una vez perro!" , y al instante, cumplió lo ordenado.
Ella puso uno de sus pies entre sus manos y él, como si de una porcelana se tratara, lo mantuvo entre ellas...lo observaba, rozaba aquella piel tan deseada y ya, sin más preámbulos se dedicó a lamerlos y besarlos con total adoración ante la complacida mirada de Su Señora.

Lady disfrutaba con todos y cada uno de aquellos lametones... su cuerpo se estremecía de placer al sentir aquella lengua húmeda y caliente recorriendo su piel mientras ella jugueteaba con el sexo de su esclavo golpeándolo con la fusta.
No sabía cuánto tiempo había transcurrido pero, apartando sus pies ordenó:
_" ¡ Quieto!"
Dicho esto, se levantó y mientras se dirigía al dormitorio le dijo con voz firme
_" ¡Sígueme!"
A cuatro patas él fue tras ella.


Continuará...

Lady Brishen

La Mascota

Lo tenía frente a mi y mientras le hablaba iba realizando lo que decian mis palabras.

"Me encanta azotar y luego acercarme y soplar donde he azotado.
Así, las piernas separadas…. los ojos vendados,
que sólo se oiga mi taconeo…,
sabiendo que estoy aquí, que me presientas…
Acercarme y rozar suavemente con la fusta…
alejarme,
que notes mi calor, mi olor
y luego, cuando menos te lo esperas...¡¡zás!! y descargué un latigazo sobre su piel.
-Gracias Señora.
Pero te has movido y eso comporta ... ¡¡ zás!! descargué otro más
-Gracias Señora.
y otro,
y otro,
y otro... y así hasta tener las nalgas enrojecidas.

Me acerco y una brisa calma tu escozor,
te soplo suavemente

-Gracias Señora, muchas gracias por esa brisa que usted provoca.

Recorro tu pecho con mi fusta
subo....
bajo....
notas mi aliento cerca de tu cara,
acaricio tu cabello y.....
coloco unas pinzas en tus pezones, murmuras... tus palabras no se entienden
pero tu gesto es de placer y dolor.

- Se lo agradezco Señora, por perder su tiempo en educarme y castigarme a su gusto.

Mi latigo se desliza y recibes pequeños golpecitos en tus genitales.

- Son merecidos Señora.

Casi sin control sobre tus actos, si poder moverte, sin poder ver...
pongo unas pinzas en tus testiculos... estas a mi merced.

-Gracias Señora.

Tiro de las pinzas de tus pezones, mmm...
dolor y placer,
entrega y sumision.
doy vueltas a tu alrededor, descargo mi látigo ¡zás!

-Gracias Señora.

¡ zás!

-Gracias Señora.

Sigo caminando a tu alrededor,
te quito las pinzas del pecho

- Gracias Señora, gracias.

Mis dedos húmedos refrescan tus pezones,
algo que agradece todo tu cuerpo
sigo bajando...
quito las pinzas de tus testículos, una a una, lentamente y
con cada una de ellas, esa mezcla de dolor y placer que produce…
Mi látigo los acaricia...mmm, notas algo frio,
estoy vertiendo agua sobre ti, mi lengua recoge algunas de esas gotas;

-"Puedes estar contento, eso es un privilegio para un perro como tú." te digo.

Bajo poco a poco tus brazos…
los libero de la barra,
libero tus piernas,
te quito la venda y agachas la mirada al suelo,
yo, lentamente me voy a descansar a un sillón.
Arrastrándote como un gusano vienes hacia mi,
te agarras de mis piernas y con suma delicadeza me quitas los zapatos.
Lentamente los masajeas, los besas, los lames…
tu lengua recorre mi piel, mientras, mi otro pie juguetea con tu sexo.

Te cojo de la barbilla y te obligo a mirarme fijamente,
mis ojos se clavan en ti, sabes que estoy hurgando en tu interior,
en tu mente, en tu cuerpo, en tu alma,
quiero doblegarte a mí, serás un todo en uno;
perro y esclavo
siervo y sumiso,
siempre a mis pies… esperando una mirada, una orden.
Cruzo las piernas y pongo el pie en tu boca…
sigues con tu trabajo, lentamente, con deseo, con adoración, entregado a tu tarea.
Mi mano vuelve a acariciar tu cabeza con dulzura.

-“Te estás portando muy bien y eso me gusta, eres un buen perro”.

-”Gracias Señora, es un honor para mí, honor que le pagare como usted elija,
sin dudar, sin quejas, con mi frente pegada al suelo, enjaulado,
vendado de ojos para que no vea nada que usted no quiera y solo cuando usted quiera.
Señora, comeré de su mano como… su mascota fiel.”

Llegará el día

Llegará el día de tu verdadera entrega.
Llegará el día en que ese collar se hará invisible

Únicamente tú lo verás
Únicamente tú lo sentirás
Sólo entonces tu corazón, libre, volará hasta mí
Cuerpo..., Alma..., Mente..., Corazón... entrega total
Y en ese dulce momento
Yo verdaderamente seré… Tu Ama, Tu Dueña...Tu Diosa.

Llegará el día de tu verdadera entrega
Llegará el día en que tú, al fin, serás totalmente mio.

L.B.

El Bar

Enfundada en su traje de cuero, caminaba contoneando sus caderas. El la seguía unos pasos por detrás.
Llegó a la barra y se acomodó en un taburete; al instante el cayó postrado a sus pies, bajando la cabeza.
Ella pidió que le trajeran un cuenco con agua e indicó que lo dejaran en el suelo, a sus pies; hecho esto tomó su copa y dio un sorbo a su cóctel. Con la mano que tenía libre acariciaba la cabeza del hombre que seguía de rodillas a sus pies.
- “ Ya puedes beber pero, cuidado, no vayas a derramar agua en el suelo”
- “Gracias mi Ama” musitó el hombre y dicho esto se puso a beber del cuenco como lo hacen los perros.
- “Ya has acabado?” le preguntó
- “ Si mi Ama”
- “Ahora vernos si lo has hecho con cuidado tal como te dije”. Seguidamente, se inclinó y miró hacia el suelo.
- “Pero… ¿esto qué es? “-exclamó
- “Has vertido agua en el suelo, uhm…veo que eres un perro muy pero que muy poco cuidadoso”
Él bajó la mirada y su cuerpo se diría que empequeñeció. Sabía que su negligencia le iba a valer un castigo por parte de su Ama.
Efectivamente, a los pocos minutos le indicó que la siguiera y sin pensarlo tan siquiera un instante fue tras ella.
Al final del local un gran tapiz cubría una de las paredes. Al llegar frente a ella se detuvo y con suavidad apartó un extremo, cruzó el umbral y bajó unas escaleras. Él la seguía temeroso.
Llegaron a una gran sala. Al mirar la estancia por el rabillo del ojo sus temores quedaron confirmados; ante él se extendía como si de un gran bazar se tratara toda suerte de látigos, máscaras de cuero, pinzas, cadenas…mil y un artilugios para aplicar cualquier castigo que se pudiera imaginar. Potros, cepos hasta incluso una cruz de San Andrés. Ante tal visión notó como si le faltara el aire.
-Se puede saber a qué esperas? le espetó su Sueña.
-“Enseguida My Lady” y dicho esto se despojó de toda su ropa y corrió de nuevo a arrodillarse a los pies de la Dama.
-“Perdón mi Señora” –imploraba
-“Sabes que no puedo dejarte sin castigo, has de aprender y soy Yo quien te debe enseñar”.
Dicho esto, lo arrastró tirando de su collar hasta el cepo que tenía a su izquierda y allí lo inmovilizó. Ahora sólo podía oír su taconeo, moviéndose de aquí para allá.
Fiuuuuu!! Oyó el chasquido de un látigo y su piel se erizó
Tap, tap, tap…nuevamente el taconeo.
- “Por favor mi Señora , este perro no volverá a cometer esta falta…por favor…perdóneme”- suplicaba.
La respuesta no tardó en llegar…¡¡ zas!! Su nalga notó como si algo le hubiera dado un mordisco…¡¡zas!! Nuevamente sintió el escozor en su piel.
-“¡cuenta!”
-“Si mi ama, dos…¡¡zas!! Gracias Ama…tres…¡¡zas!! Gracias Ama…cuatro…¡¡zas!! Gracias mi Ama… y así siguió contando hasta diez.
El culo le escocía, imaginaba que lo debía tener al rojo vivo pero había logrado que ni un quejido saliera de su boca.
La mano enguantada de su Ama le acarició la piel y el frio tacto del cuero le alivió momentáneamente. Seguidamente ella lo liberó del cepo y pausadamente se acomodó en una gran butaca.
Levantó un poco la mirada y su cuerpo se estremeció de placer. Allí sentada, su Ama parecía una diosa, era su Diosa.
-“Acércate y arrodíllate frente a mi”. Así lo hizo.
-“¡Mas cerca!” Y él avanzó un poco más.
-“¡Más cerca, pero sin tocarme!” Nuevamente avanzó hasta quedar casi tocando sus rodillas.
_”Ahora, alza los ojos y mírame!” le ordenó. Así lo hizo y fue entonces cuando ella separó ligeramente sus piernas y empezó a acariciar su sexo muy lentamente.
-“¿Te gusta lo que ves?” le preguntó sonriendo
-“Si mi Ama” contestó y ella, se siguió acariciando.
Él la miraba excitadísimo, oía sus suspiros, sus gemidos de placer; al tiempo notaba como su miembro sufría una gran transformación, como su corazón se aceleraba..ufff…ojalá algún día le permitiera poseerla pero…sabía que eso era un sueño, algo inalcanzable, él sólo era su perro, su esclavo.
-“Mmmmmm…” un gran gemido inundó la sala. Los ojos de su Ama se posaron en los suyos y notó como el pie de ella jugueteaba con su miembro erecto.
-“¡¡Acércate más!!” le ordenó - “y ahora, limpia a tu Ama como ya sabes”
Al instante, su lengua recorría delicadamente el sexo de su Dueña deleitándose en tal dulce cometido. Al fin y al cabo, el premio bien merecía el castigo.